“The Church is a Fountain of  Living Water in the Desert”

“The Church is a Fountain of 
Living Water in the Desert ”: How Blessed We Are!

            On September 11, 1865, The Paterson Daily Press published the words spoken by Bishop Bayley at the laying of the cornerstone of what would become the magnificent church that we now call “home”. These words are as true now as they were over 150 years ago. “The Church is, indeed, a fountain of living waters in the desert, spreading fertility and blessings around it and refreshing and blessing the weary traveler on his journey through life. It is indeed a great and a good work we are engaged in. It is a work for the glory and honor of the Good and Supreme Ruler of all things, and it cannot fail to bring down blessings on ourselves and all who come after us. The erection of a church is a noble act of faith; not expressed in words but built up in enduring brick and stone, and thus stronger and more complete than mere words. It shows that you honor God and love your religion; that you are anxious for the glory of the House of God, and wish its rites to be fitly celebrated. It shows, too, that you are anxious that those who come after you shall bow at the same altars, and be guided by the same precepts that you are guided by. The Catholic Church has always been a church builder.”
            My dear friends, while we are not building a church, we are building a center where the Word of God and the beautiful teachings of our Church can be received, understood, and savored. Like the St. John’s parishioners of two centuries ago, we are “anxious” for those who will come after us. Will they be guided by the same beautiful precepts that guide our everyday lives and provide us with the courage to get out of bed each day and face the challenges of life in love? How blessed we are by God with the gift of faith and the passionate desire to pass along that faith to all those who come after us! For as Pope Benedict XVI had reminded us, “Faith is given to me by God through a community of believers that is the Church and projects me into the multitude of believers, into a kind of communion that is not only sociological but rooted in the eternal love of God who is in Himself the communion of the Father and of the Son and of the Holy Spirit, it is Trinitarian Love. Our faith is truly personal, only if it is also communal: it can be my faith only if it dwells in and moves with the ‘we’ of the Church, only if it is our faith, the common faith of the one Church.” How blessed we are to be members of this one Church and to call St. John’s “home”!

Msgr. Geno Sylva

“La Iglesia es una Fuente de 
Agua viva en el Desierto”: ¡Qué bendecidos somos!

 
 
El 11 de septiembre de 1865, The Paterson Daily Press publicó las palabras pronunciadas por el obispo Bayley en la dedicación de la piedra angular de lo que se convertiría en la magnífica iglesia que ahora llamamos "hogar". Estas palabras son tan ciertas ahora como lo fueron hace más de 150 años. “La Iglesia es, de hecho, una fuente de aguas vivas en el desierto, que extiende fertilidad y bendiciones a su alrededor y refresca y bendice al cansado viajero en su viaje por la vida. Realmente es un grato y buen trabajo en el que estamos comprometidos. Es un trabajo para la gloria y el honor del Bueno y Supremo Gobernante de todas las cosas, y no puede dejar de traer bendiciones sobre nosotros y sobre todos los que nos siguen. La erección de una iglesia es un noble acto de fe; no expresado en palabras, sino construido en ladrillo y piedra duraderos, y por lo tanto más fuerte y más completo que las simples palabras. Esto muestra que honras a Dios y amas tu religión; que estás ansioso por la gloria de la Casa de Dios y deseas que sus ritos se celebren adecuadamente. También muestra que estás ansioso de que los que vendrán después de ti se inclinen ante el mismo altar y se guíen por los mismos preceptos por los que te has guiado. La Iglesia Católica siempre ha sido un constructor de Iglesias”.
 
Mis queridos amigos, a pesar de que no estamos construyendo una Iglesia, estamos construyendo un centro donde la Palabra de Dios y las hermosas enseñanzas de nuestra Iglesia pueden ser recibidas, entendidas y saboreadas. Al igual que los feligreses de San Juan de hace dos siglos, estamos "ansiosos" por los que vendrán después de nosotros. ¿Serán guiados por los mismos hermosos preceptos que guían nuestra vida cotidiana y nos brindan el coraje de levantarnos de la cama todos los días y enfrentar los desafíos de la vida en el amor? ¡Que bendecidos somos por Dios con el don de la fe y el deseo apasionado de transmitir esa fe a todos los que vienen después de nosotros! Como el Papa Benedicto XVI nos ha recordado, "Dios me da la fe a través de una comunidad de creyentes que es la Iglesia y me proyecta en la multitud de creyentes, en una especie de comunión que no solo es sociológica, sino que está enraizada en lo eterno El amor de Dios, que es en sí mismo la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es el amor trinitario. Nuestra fe es verdaderamente personal, solo si también es comunitaria: puede ser mi fe solo si habita y se mueve con el 'nosotros' de la Iglesia, solo si es nuestra fe, la fe común de la única Iglesia”. ¡Cuán bendecidos somos de ser miembros de esta Iglesia y de llamar San Juan a nuestro hogar!                    
 

   Mons. Geno Sylva