English:
How is it that we can live the great challenge of St. James and demonstrate our faith by our works? By loving as God loves. And we can only begin to live up to this demand by recognizing that God has first loved us and, thus, has demonstrated the answer to us. In fact, God does not want anything from us that He has not first given us. Thus, to love, as it is the definition of what it means to be a Christian, demands that we try to live as God lives. And how is it that God lives? God lives to love us. And He loves us not because He needs us. He loves us not because we are always exceptionally good. He loves us not because we are always virtuous or ever patient. In the end, He loves us not because we are always good, but He loves us because He is the eternal true goodness. He does not portion out his love on a scale proportional to our merit or usefulness. It is of God's very nature of goodness to love and not in some abstract way, but in a concrete and personal way.
But this my friends should not make us sit back and breathe a sigh of relief saying to ourselves, "Well since that is the case, why worry about being good, being virtuous, living lives of hope, patience and empathy." And most importantly, if God is going to love us anyway, "Why bother experiencing the incredible pain that goes along with loving unconditionally?" To live as God lives is to love in such a way that we stop making ourselves the center of the universe with everyone else revolving around us. It means loving those who do not please us and who have nothing to offer us in return. It means that we are good to someone simply because they are in need of kindness. And these opportunities to love are the real opportunities of grace in our lives.
Espanol:
¿Cómo podemos vivir el gran desafío del Apóstol Santiago y demostrar nuestra fe con nuestras obras? Amando como Dios ama. Y solo podemos comenzar a cumplir con esta exigencia reconociendo que Dios nos amó primero y, por lo tanto, nos ha demostrado la respuesta. De hecho, Dios no quiere nada de nosotros que Él no nos lo haya ya dado primero. Por lo tanto, amar, como es la definición de lo que significa ser cristiano, exige primero que tratemos de vivir como Dios vive. ¿Y cómo es que Dios vive? Dios vive para amarnos. Y Él nos ama, no porque nos necesita. Él nos ama no porque siempre somos excepcionalmente buenos. Él no nos ama porque siempre somos virtuosos o pacientes. Al final, Él no nos ama porque siempre somos buenos, sino que Él nos ama porque Él es la eterna y verdadera bondad. Él no reparte su amor en una escala proporcional a nuestro mérito o capacidad. Es de su misma naturaleza de bondad amar, no de una manera difícil de entender, sino de una manera concreta y personal.
Pero esto mis amigos, no debería hacer que nos sentemos y respiremos tranquilamente diciéndonos: "Bueno, ya que ese es el caso, por qué preocuparnos por ser buenos, ser virtuosos, vivir con esperanza, paciencia y empatía". Y lo más importante, si Dios nos va a querer de todos modos, "¿Por qué molestarse en experimentar el dolor increíble que acompaña al amor incondicional?" Vivir como Dios, es amar de tal manera que dejemos de ser el centro del universo con todos los demás girando a nuestro alrededor. Significa amar a aquellos que no nos complacen y que no tienen nada que ofrecernos a cambio esto. Significa que somos buenos con alguien simplemente porque está necesitando de amabilidad. Y estas oportunidades de amar son las realmente llenan de gracia en nuestras vidas.