All people are drawn to the Divine! Even though the modern world espouses relativism “which does not recognize anything as definitive” (Pope Benedict XVI, Homily, April 18, 2005) and secularism which implores man “to build his life without God,” (Pope Benedict XVI, Speech in Spain, November 7, 2010), people are still searching for faith. In the words of St. John Paul II, “There remains a thirst for the absolute, a desire for goodness, a hunger for truth, the need for personal fulfillment.” (John Paul II, Speech to the Plenary Assembly of the Pontifical Council for Culture, March 14, 1997) Such yearnings are our hope! Yet the desire to see the face of God often remains unsatisfied amid the deafening clamor of those who “preach” individual and complete autonomy. With Christ Himself as its conductor, the new evangelization seeks to restore harmony to the world and, by doing so, to address the desire for God that lies in the heart of each human being.
This is our mission here at the Cathedral of St. John the Baptist: To bring the Gospel to every person and to every situation. This has been Christ’s constant mandate to His Church. And this is the very same call that Pope Francis has continued to echo throughout his Pontificate: “Evangelization takes place in obedience to the missionary mandate of Jesus: ‘Go therefore and make disciples of all nations, baptizing them in the name of the Father and of the Son and of the Holy Spirit.” And in continuity with his predecessors, Pope Francis seeks to express the radical nature of this mission and the necessity of re-examining all that we do as Church through the lenses of becoming “missionary disciples.” And he explains the importance of the parish as the place where missionary discipleship begins: “The parish is the presence of the Church in a given territory, an environment for hearing God’s word, for growth in the Christian life, for dialogue, proclamation, charitable outreach, worship and celebration. In all its activities the parish encourages and trains its members to be evangelizers. It is a community of communities, a sanctuary where the thirsty come to drink in the midst of their journey, and a center of constant missionary outreach.” How blessed we are to be a Cathedral parish and family! How blessed we are to be missionary disciples!
Msgr. Geno Sylva
Discipulado Misionero
¡Todas las personas se sienten atraídas por lo Divino! Aunque el mundo moderno defiende el relativismo "que no reconoce nada como definitivo" (Papa Benedicto XVI, Homilía, 18 de abril de 2005) y el secularismo que implora al hombre "a construir su vida sin Dios" (Papa Benedicto XVI, Discurso en España, 7 de noviembre de 2010), la gente sigue buscando la fe. En palabras de San Juan Pablo II: "Sigue habiendo sed de lo absoluto, deseo de bondad, hambre de verdad, necesidad de realización personal". (Juan Pablo II, Discurso ante la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio) para la Cultura, 14 de marzo de 1997) ¡Tales anhelos son nuestra esperanza! Sin embargo, el deseo de ver el rostro de Dios a menudo permanece insatisfecho en medio del clamor ensordecedor de aquellos que "predican" la autonomía individual y completa. Con Cristo mismo como su conductor, la Nueva Evangelización busca restaurar la armonía en el mundo y, al hacerlo, abordar el deseo de Dios que se encuentra en el corazón de cada ser humano.
Esta es nuestra misión aquí en la Catedral de San Juan Bautista: llevar el Evangelio a cada persona y a cada situación. Este ha sido el mandato constante de Cristo a su Iglesia. Y esta es la misma llamada que el Papa Francisco ha continuado haciendo eco a lo largo de su pontificado: "La evangelización se lleva a cabo en obediencia al mandato misionero de Jesús:" Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo ". Y en continuidad con sus predecesores, el Papa Francisco busca expresar la naturaleza radical de esta misión y la necesidad de reexaminar todo lo que hacemos como Iglesia a través de los lentes de convertirnos en" discípulos misioneros ". "Y explica la importancia de la parroquia como el lugar donde comienza el discipulado misionero:" La parroquia es la presencia de la Iglesia en un territorio dado, un entorno para escuchar la palabra de Dios, para crecer en la vida cristiana, para el diálogo, la proclamación, alcance caritativo, adoración y celebración. En todas sus actividades, la parroquia alienta y capacita a sus miembros para que sean evangelizadores. Es una comunidad de comunidades, un santuario donde los sedientos vienen a beber en medio de su viaje, y un centro de alcance misionero constante”. ¡Que bendecidos somos de ser una parroquia Catedral y una familia! ¡Que bendecidos somos de ser discípulos misioneros!