July 4th Weekend and the Biblical Understanding of Freedom
The modern notion of freedom is that it is a personal choice, the ability to choose between various options, without any constraint. This is the kind of “liberty” reverenced today. Yet, one can ask the question: “Why then are so many people depressed, living lives without meaning, bored, unable to be moved by beauty, truth or goodness?” Today, so many are living without joy. Maybe we too wrestle with the lack of joy in our lives. If so, maybe the reason is that we are living according to the modern understanding of freedom rather than the Biblical one. This modern notion of freedom as “doing what I want, when I want,” has led people into the dark arena of manipulation in which our understanding of self and the world becomes confused and distorted by those who have an ulterior agenda. How many have been offered a hand—in the name of freedom—that has led them to addiction, to moral and intellectual confusion, to suffering, to a loss of self-respect, to despair, and so tragically to the taking their own lives. People who have been invited into a world of drugs and addiction in the name of freedom, “just take it, nobody can tell you what to do or not to do,” are anything but happy.
Yet the Biblical notion of freedom offers a way out of this darkness into the light of joy. Yet this involves following the laws of Jesus. Now for those who believe that freedom is a personal choice, law is something, which at best is grudgingly accepted. “No, I don’t want to drive 55, but if I don’t I’ll get a ticket.” But from the Biblical perspective freedom is not a choice but is rather the shaping of our desires so as to make the achievement of the good first possible and then effortless. We know from Sacred Scripture that the truth is Jesus Christ and the good that we desire is Him. And it is He who invites us to this absolute good by not being afraid to follow His laws. I offer a simple analogy. Shakespeare was one of the freest writers of all time. He was able to say what he wanted to say and to express the most nuanced of emotions in the most brilliant way. Now he did not achieve this mastery, this freedom of expression, by making up his own grammatical rules or by writing according to the whims of his choosing. No, he studied English grammar, he read the great masters. For Shakespeare the grammatical laws were not in opposition to his freedom but were precisely the condition for the possibility of his brilliance.
Friends, it is not easy to find joy in this world of ours. Yet Jesus tells us how to find it: “Continue in my word and you will know the truth and the truth will set you free.” The Incarnate Word, that Word of Truth, He makes us free and directs our freedom toward the good and it is in doing the good that we find true joy in this world of ours!
Fin de semana del 4 de julio y el entendimiento bíblico de la libertad.
La noción moderna de libertad es una elección personal. Es la capacidad de elegir entre varias opciones, sin ninguna restricción. Este es el tipo de "libertad" reverenciada hoy. Sin embargo, uno puede hacer la pregunta: "¿Por qué, entonces, hay tanta gente deprimida, viviendo sin sentido, aburridas, incapaces de ser conmovidas por la belleza, la verdad o la bondad?" Hoy en día, muchos viven sin alegría. Tal vez nosotros también luchamos con la falta de alegría en nuestras vidas. Si es así, tal vez la razón es que estamos viviendo de acuerdo con la comprensión moderna de la libertad en lugar de la bíblica. Esta noción moderna de libertad como "hacer lo que quiero, cuando quiero", ha llevado a las personas a la arena oscura de la manipulación en la que nuestra comprensión del yo y del mundo se confunde y distorsiona por aquellos que tienen una agenda ulterior. ¿A cuántos se les ha ofrecido una mano, en nombre de la libertad, que los ha llevado a la adicción, a la confusión moral e intelectual, al sufrimiento, a la pérdida de la autoestima, a la desesperación y, de manera tan trágica, a que se quiten la vida? Las personas que han sido invitadas a un mundo de drogas y adicciones en nombre de la libertad, "solo tómenlo, nadie puede decirles qué hacer o qué no hacer", son todo menos felices.
Sin embargo, la noción bíblica de libertad ofrece una salida de esta oscuridad a la luz de la alegría. Sin embargo, esto implica seguir las leyes de Jesús. Ahora, para aquellos que creen que la libertad es una elección personal, la ley es algo que, en el mejor de los casos, se acepta a regañadientes. "No, no quiero conducir 55, pero si no obtengo un boleto". Pero desde la perspectiva bíblica, la libertad no es una opción, sino que es la configuración de nuestros deseos para lograr el logro. De lo bueno primero posible y luego sin esfuerzo. Sabemos por la Sagrada Escritura que la verdad es Jesucristo y el bien que deseamos es Él. Y es Él quien nos invita a este bien absoluto al no tener miedo de seguir Sus leyes. Ofrezco una simple analogía. Shakespeare fue uno de los escritores más libres de todos los tiempos. Pudo decir lo que quería decir y expresar las emociones más matizadas de la manera más brillante. Ahora no logró este dominio, esta libertad de expresión, inventando sus propias reglas gramaticales o escribiendo de acuerdo con los caprichos de su elección. No, estudió gramática inglesa, leyó a los grandes maestros. Para Shakespeare, las leyes gramaticales no estaban en oposición a su libertad, sino que eran precisamente la condición para la posibilidad de su brillantez.
Amigos, no es fácil encontrar alegría en este mundo nuestro. Sin embargo, Jesús nos dice cómo encontrarla: “Continúa en mi palabra y sabrás la verdad y la verdad te liberará”. El Verbo Encarnado, esa Palabra de Verdad, nos hace libres y dirige nuestra libertad hacia el bien y la libertad. ¡Haciendo el bien encontramos la verdadera alegría en este mundo nuestro!